Miré
los muros de la patria mía
Miré
los muros de la patria mía,
si un
tiempo fuertes ya desmoronados
de la
carrera de la edad cansados
por
quien caduca ya su valentía.
Salime
al campo: vi que el sol bebía
los
arroyos del hielo desatados,
y del
monte quejosos los ganados
que
con sombras hurtó su luz al día.
Entré
en mi casa: vi que amancillada
de
anciana habitación era despojos,
mi
báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida
de la edad sentí mi espada,
y no
hallé cosa en que poner los ojos
que
no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco
de Quevedo
Versión 1
Después de trece años
su vida tan humilde
y ahora eso acabó.
Ha fallecido ya.
Su exitosa e intocable
influencia, para poseer
u poder cambiar un día
desde hace tres años.
Ha dejado huella
siempre con trabajo
siempre con éxito
con gran fortuna.
En sus grandes días
dio y cogió magdalenas
en otros, azúcar moreno,
pero sobre todo, humildad.
El talento, el esfuerzo
y la inteligencia
lo convirtieron en una leyenda.
Versión 2
Trece años con ganas de vivir
tiempo suficiente de vida.
Niños por las calles
trabajando en el campo.
No voy a poder cambiar esto
de un día para otro.
Padre, duele ver esos campos.
ya no son los de antes.
Grandes áreas cerraron
en un país de fantasía.
Me ha gustado mucho más la versión número dos, creo que ha captado de forma mas precisa y a su mismo tiempo mas simple, los sentimientos narrativos del protagonista.
ResponderEliminarNo me ha gustado ninguna de las dos poesías, pues no encuentro la relación entre ellas y creo que no captan el verdadero tema, la vejez. Pero si tengo que decantarme por uno elijo la segunda versión, ya que en la primera no veo coherencia en casi ninguna estrofa.
ResponderEliminarCreo que ambas poesías podrían estar mucho mejor,ya que no creo que capten realmente el tema pero aun así no están tan mal, a mi me gusta mas el primero porque creo que se asemeja un poco mas a el original.
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